Atentado y fake news contra Miguel Uribe Turbay: La operación digital que propagó su falsa muerte en redes sociales
El 7 de junio de 2025, el Senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay fue víctima de un atentado sicarial. Recibió tres impactos de bala, dos de ellos en la cabeza.
Mientras era operado de urgencia y su familia pedía respeto, una nueva agresión se activaba en redes: una campaña coordinada anunciaba falsamente su muerte. Al rastrear el ataque, se encontró que proviene de cuentas mexicanas que también hacen publicidad a favor de la Presidenta Mexicana Claudia Sheiunbaum.
Para la mañana del 17 de junio de 2025, redes sociales como Twitter (ahora X) amanecieron con una ola de publicaciones que afirmaban, sin pruebas, que Miguel Uribe Turbay había muerto. Por consiguiente la noticia, falsa y alarmante, se difundió con rapidez entre cuentas aparentemente ciudadanas. Sin embargo, un análisis de las publicaciones reveló algo mucho más grave: no fue un error, fue una operación digital organizada. Un ataque.

Monitoreo al ataque de Miguel Uribe Turbay
A partir de un archivo de monitoreo, se identificaron más de 150 cuentas que publicaron o retuitearon el mensaje de forma idéntica, en una ventana de tiempo de menos de 12 horas.
Con relación a esto, todas repetían las mismas palabras, compartían la imagen, y todas apuntaban a una narrativa específica: que la muerte de Uribe Turbay era consecuencia de discursos de odio.
En el ataque coordinado desde México, hubo 25 cuentas identificadas como de derecha o conservadoras que comparten rasgos comunes: se declaran abiertamente en contra del expresidente López Obrador y utilizan hashtags como #Anti4T, #AntiLGBT, #AntiAborto y expresan posturas nacionalistas, religiosas o provida.
Por lo tanto, estas cuentas son altamente vulnerables a caer en narrativas de desinformación, ya que operan dentro de cámaras de eco ideológicas donde se refuerzan mutuamente.
La noticia falsa fue diseminada como parte de una estrategia de trolleo o trolling, diseñada específicamente para activar sus sesgos confirmatorios: apelando al miedo, la moral o el rechazo al gobierno.
Este tipo de operación digital apunta a manipular a usuarios polarizados emocionalmente, quienes replican el contenido sin verificarlo, amplificándolo en cuestión de minutos.
La cuenta que lanzó el mensaje fue @smaciasr. El texto fue directo: “Murió Miguel Uribe” y una imagen a blanco y negro con el signo de la paz, el lazo negro del duelo. No había fuentes, ni contexto, ni enlaces. Solo eso, una frase seca, diseñada para instalar un cierre. La muerte como tuit.

Cómo se sembró el rumor de Miguel Uribe Turbay desde la automatización
El primer indicio de manipulación fue la estructura de los mensajes. Decenas de publicaciones repetían exactamente el mismo texto, sin modificación alguna. El uso de la palabra “murió”, asociada al nombre del político, fue detectado en más de 400 registros en cuestión de horas.
Por otro lado, el análisis de tiempo reveló que las publicaciones se dispararon a partir de las 6:00 a.m. del 17 de junio, con un pico sostenido hasta las 2:00 p.m., lo que sugiere un despliegue programado, típico de cuentas automatizadas (bots).
IPs coincidentes y geolocalización anómala
A través de herramientas forenses se logró detectar que una parte significativa de las cuentas activas en esta campaña usaban IPs con origen en Ciudad de México, Monterrey y Cali (Colombia).
En algunos casos, las mismas IPs aparecieron asociadas a múltiples usuarios, lo cual refuerza la hipótesis de control centralizado.

Además, los perfiles mostraban signos de suplantación o identidades falsas: nombres comunes combinados con fotos de stock, nula interacción con usuarios reales, y una actividad intensa solo en momentos de coyuntura política.
Un análisis del archivo de réplicas reveló que muchas de esas cuentas comparten patrones con redes digitales ligadas al oficialismo mexicano. Por ejemplo:
Perfiles que retuitean a diario los logros de la presidenta Claudia Sheinbaum, celebran el programa “Plan Sonora”, promueven la inversión de Grupo Bimbo en su mandato, y replican mensajes de cuentas como @JorgeArmandoR_ o @SheinbaumCL.
Las mismas cuentas que inflan artificialmente la percepción de apoyo ciudadano a su gobierno, fueron las que replicaron la noticia falsa de la muerte de Uribe Turbay en Colombia. No son usuarios espontáneos. Son operadores digitales al servicio de agendas regionales.

Incluso, una de esas cuentas difundió ese mismo 17 de julio un video donde Sheinbaum habla de “confianza empresarial” y se menciona una inversión de 2.000 millones de dólares. El video fue empujado por los mismos perfiles que anunciaban la muerte del Precandidato Presidencial Colombiano.
Es decir, las mismas bodegas digitales que hacen publicidad política para la Presidencia mexicana son las que se usaron para desinformar en Colombia. No es un error: es una estrategia.

Los autores ocultos del montaje contra Miguel Uribe Turbay
Todo apunta a una estructura digital coordinada, con intereses políticos directos en manipular el debate público. La narrativa de la “muerte” de Miguel Uribe Turbay buscó instalar la idea de que los discursos de crítica contra figuras de izquierda generan consecuencias extremas. Una estrategia para censurar opositores y justificar el silenciamiento en redes.
La cuenta original desde donde surgió el mensaje fue @smaciasr, una usuaria con historial de publicaciones de línea oficialista. En cuestión de minutos, decenas de cuentas “amplificadoras” comenzaron a retuitearla, generando la ilusión de que la noticia era orgánica, cuando en realidad había sido diseñada para parecer viral.

Nube de palabras generada a partir de las descripciones de las cuentas que replicaron la noticia falsa sobre Miguel Uribe. Las palabras más destacadas —México, Morena, AMLO, 4T, Chairo, política— refuerzan el vínculo con el ecosistema digital del oficialismo mexicano.
Evidencia de una estrategia repetida
Este tipo de campañas no son nuevas. Ya en campañas anteriores, como en 2022 y 2023 en Colombia, se detectaron redes similares operando desde las llamadas “bodegas digitales”, utilizadas para atacar opositores, manipular tendencias y neutralizar voces críticas. Pero un ataque coordinado desde otro país no había sido registrado.

Sin embargo, lo grave no es solo la existencia de bots. Es que, detrás de muchos de estos movimientos, hay estructuras financiadas con recursos públicos, disfrazadas de “comunicación alternativa” o “activismo digital”. Un modelo que se repite en distintos gobiernos y que hoy parece tener respaldo en plataformas de medios públicos.
En paralelo a la operación de desinformación, la campaña de Miguel Uribe mantenía una estrategia digital estructurada. Entre abril y julio de 2025, destinó más de 59 millones de pesos a anuncios en Facebook e Instagram, enfocados en temas de seguridad, miedo y justicia.
Así mismo, en uno de los textos más difundidos se leía: “Viví en carne propia la violencia y no quiero que otros colombianos la sufran.”
Incluso, la publicidad fue dirigida a públicos entre los 25 y 45 años en regiones clave como Cundinamarca, Santander y el Eje Cafetero, con un alcance que superó el millón de impresiones.”
Como resultado, el contraste es violento. Mientras su equipo paga por cada clic, otros lo entierran con un trino. Mientras el Estado investiga el atentado, las redes mexicanas ya habían emitido un veredicto. Y lo más grave: lo hicieron en bloque.

¿Que se encontró en esta estrategia?
En documentos investigativos previos ya se había advertido sobre la conexión entre redes de propaganda regionales, plataformas públicas como Telecafé, y operadores políticos que usan contratos estatales para financiar bodegas digitales.
Por lo tanto, lo que antes se ejecutaba en Medellín, con medios falsos creados desde Telemedellín bajo el gobierno de Daniel Quintero, ahora se replica en escala nacional. Pero lo nuevo aquí no es solo el patrón, sino la dimensión geopolítica. La intervención digital ya no es solo local. Ahora hay estructuras extranjeras —como las bodegas ligadas a Sheinbaum— operando en la política colombiana.

Para concluir, en los últimos 90 días entre el 17 de abril y 6 de julio de 2025 Miguel Uribe Turbay es el precandidato que más anuncios ha pagado con 867 anuncios y $50 millones. Pagados desde Bogotá a su nombre sin intermediarios o terceros a cargo de su publicidad.
Claro está que la “muerte digital” de Miguel Uribe Turbay no fue un error de interpretación, fue una ejecución simbólica, un intento de cerrar su historia antes de tiempo, de convertirlo en un cadáver político cuando aún respiraba. Le dispararon con balas, pero también con bots.
Esto debe investigarse. No solo por él, sino porque la próxima víctima puede no ser un candidato, sino la democracia misma.